Discípulos y Misioneros

Documento de Aparecida: Texto y Comentarios

DOCUMENTO DE APARECIDA N. 470-473

9.8 El cuidado del medio ambiente

470. Como discípulos de Jesús nos sentimos invitados a dar gracias por el don de la creación, reflejo de la sabiduría y belleza del Logos creador. En el designio maravilloso de Dios, el hombre y la mujer están llamados a vivir en comunión con Él, en comunión entre ellos y con toda la creación. El Dios de la vida encomendó al ser humano su obra creadora para que “la cultivara y la guardara” (Gn 2, 15). Jesús conocía bien la preocupación del Padre por las criaturas que Él alimenta (cf. Lc 12, 24) y embellece (cf. Lc 12, 27). Y mientras andaba por los caminos de su tierra no sólo se detenía a contemplar la hermosura de la naturaleza, sino que invitaba a sus discípulos a reconocer el mensaje escondido en las cosas (cf. Lc 12, 24-27; Jn 4, 35). Las criaturas del Padre le dan gloria “con su sola existencia”, y por eso el ser humano debe hacer uso de ellas con cuidado y delicadeza258.

471. En América Latina y El Caribe se está tomando conciencia de la naturaleza como una herencia gratuita que recibimos para proteger, como espacio precioso de la convivencia humana y como responsabilidad cuidadosa del señorío del hombre para bien de todos. Esta herencia se manifiesta muchas veces frágil e indefensa ante los poderes económicos y tecnológicos. Por eso, como profetas de la vida, queremos insistir que en las intervenciones sobre los recursos naturales no predominen los intereses de grupos económicos que arrasan irracionalmente las fuentes de vida, en perjuicio de naciones enteras y de la misma humanidad. Las generaciones que nos sucedan tienen derecho a recibir un mundo habitable, y no un planeta con aire contaminado. Felizmente en algunas escuelas católicas se ha comenzado a introducir entre las disciplinas una educación a la responsabilidad ecológica.

472. La Iglesia  agradece a todos los que se ocupan de la defensa de la vida y del ambiente. Hay que darle particular importancia a la más grave destrucción en curso de la ecología humana. Está cercana a los campesinos que con amor generoso trabajan duramente la tierra para sacar, a veces en condiciones sumamente difíciles, el sustento para sus familias y aportar a todos los frutos de la tierra. Valora especialmente a los indígenas por su respeto a la naturaleza y el amor a la madre tierra como fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano.

473. La riqueza natural de América Latina y El Caribe experimentan hoy una explotación irracional que va dejando una estela de dilapidación, e incluso de muerte, por toda nuestra región. En todo ese proceso tiene una enorme responsabilidad el actual modelo económico que privilegia el desmedido afán por la riqueza, por encima de la vida de las personas y los pueblos y del respeto racional de la naturaleza. La devastación de nuestros bosques y de la biodiversidad mediante una actitud depredatoria y egoísta, involucra la responsabilidad moral de quienes la promueven, porque pone en peligro la vida de millones de personas y en especial el hábitat de los campesinos e indígenas, quienes son expulsados hacia las tierras de ladera y a las grandes ciudades para vivir hacinados en los cinturones de miserias. Nuestra región tiene necesidad de progresar en su desarrollo agroindustrial para valorizar las riquezas de sus tierras y sus capacidades humanas al servicio del bien común, pero no podemos dejar de mencionar los problemas que causa una industrialización salvaje y descontrolada de nuestras ciudades y del campo, que va contaminando el ambiente con toda clase de desechos orgánicos y químicos. Lo mismo hay que alertar respecto a las industrias extractivas de recursos que, cuando no proceden a controlar y contrarrestar sus efectos dañinos sobre el ambiente circundante, producen la eliminación de bosques, la contaminación del agua y convierten las zonas explotadas en inmensos desiertos.

febrero 27, 2012 Posted by | DOCUMENTO DE APARECIDA, ENCUENTRO CON JESUCRISTO, MISION CONTINENTAL | , , , | Deja un comentario

DOCUMENTO DE APARECIDA N. 458

458. Proponemos algunas acciones pastorales:

a)         Impulsar la organización de la pastoral de manera que ayude a descubrir y desarrollar en cada mujer y en ámbitos eclesiales y sociales el “genio femenino” y promueva el más amplio protagonismo de las mujeres.

b)         Garantizar la efectiva presencia de la mujer en los ministerios que en la Iglesia son confiados a los laicos, así como también en las instancias de planificación y decisión pastorales, valorando su aporte.

c)         Acompañar a asociaciones femeninas que luchan por superar situaciones difíciles, de vulnerabilidad o de exclusión.

d)        Promover el diálogo con autoridades para la elaboración de programas, leyes y políticas públicas que permitan armonizar la vida laboral de la mujer con sus deberes de madre de familia.

noviembre 4, 2010 Posted by | DISCÍPULOS, ENCUENTRO CON JESUCRISTO, IGLESIA, MISION CONTINENTAL | , , , , , , , | Deja un comentario

DOCUMENTO DE APARECIDA N. 319-327

319. Es necesario un proyecto formativo del Seminario que ofrezca a los seminaristas un verdadero proceso integral: humano, espiritual, intelectual y pastoral, centrado en Jesucristo Buen Pastor. Es fundamental que durante los años de formación, los seminaristas sean auténticos discípulos, llegando a realizar un verdadero encuentro personal con Jesucristo en la oración con la Palabra, para que establezcan con Él relaciones de amistad y amor, asegurando un auténtico proceso de iniciación espiritual, especialmente, en el Período Propedéutico. La espiritualidad que se promueva deberá responder a la identidad de la propia vocación, sea diocesana o religiosa.

320. Se procurará a lo largo de la formación desarrollar un amor tierno y filial a María, de manera que cada formando llegue a tener con ella una espontánea familiaridad, y la «acoja en su casa» como el discípulo amado. Ella brindará a los sacerdotes fortaleza y esperanza en los momentos difíciles y los alentará a ser incesantemente discípulos misioneros para el Pueblo de Dios.

321. Se deberá prestar especial atención al proceso de formación humana hacia la madurez, de tal manera que la vocación al sacerdocio ministerial de los candidatos llegue a ser en cada uno un proyecto de vida estable y definitivo, en medio de una cultura que exalta lo desechable y lo provisorio. Dígase lo mismo de la educación hacia la madurez de la afectividad y la sexualidad. Ésta debe llevar a comprender mejor el significado evangélico del celibato consagrado como valor que configura a Jesucristo, por tanto, como un estado de amor, fruto del don precioso de la gracia divina, según el ejemplo de la donación nupcial del Hijo de Dios; a acogerlo como tal con firme decisión, con magnanimidad y de todo corazón; y a vivirlo con serenidad y fiel perseverancia, con la debida ascesis en un camino personal y comunitario, como entrega a Dios y a los demás con corazón pleno e indiviso.

322. En todo el proceso formativo, el ambiente del Seminario y la pedagogía formativa deberán cuidar un clima de sana libertad y de responsabilidad personal, evitando crear ambientes artificiales o itinerarios impuestos. La opción del candidato por la vida y ministerio sacerdotal debe madurar y apoyarse en motivaciones verdaderas y auténticas, libres y personales. A ello se orienta la disciplina en las casas de formación. Las experiencias pastorales, discernidas y acompañadas en el proceso formativo, son sumamente importantes para corroborar la autenticidad de las motivaciones en el candidato y ayudarle a asumir el ministerio como un verdadero y generoso servicio, en el cual el ser y el actuar, persona consagrada y ministerio, son realidades inseparables.

323. Al mismo tiempo, el Seminario deberá ofrecer una formación intelectual seria y profunda, en el campo de la filosofía, de las ciencias humanas y, especialmente de la teología y la misionología, a fin de que el futuro sacerdote aprenda a anunciar la fe en toda su integridad, fiel al Magisterio de la Iglesia, con atención crítica atento al contexto cultural de nuestro tiempo y a las grandes corrientes de pensamiento y de conducta que deberá evangelizar. Asimismo se deberá reforzar el estudio de la Palabra de Dios en el currículum académico en los diversos campos formativos, procurando que la Palabra divina no se reduzca sólo a nociones, sino que sea en verdad espíritu y vida que ilumine y alimente toda la existencia. Por tanto, será necesario contar en cada seminario con el número suficiente de profesores bien preparados.

324. Es indispensable confirmar que los candidatos sean capaces de asumir las exigencias de la vida comunitaria, la cual implica diálogo, capacidad de servicio, humildad, valoración de los carismas ajenos, disposición a dejarse interpelar por los demás, obediencia al obispo y apertura para crecer en comunión misionera con los presbíteros, diáconos, religiosos y laicos, sirviendo a la unidad en la diversidad. La Iglesia necesita sacerdotes y consagrados que nunca pierdan la conciencia de ser discípulos en comunión.

325. Los jóvenes provenientes de familias pobres o de grupos indígenas, requieren una formación inculturada, es decir, deben recibir la adecuada formación teológica y espiritual para su futuro ministerio, sin que ello les haga perder sus raíces y, de esta forma puedan ser evangelizadores cercanos a sus pueblos y culturas.

326. Es oportuno señalar la complementariedad entre la formación iniciada en el Seminario y el proceso formativo que abarca las diversas etapas de vida del presbítero. Hay que despertar la conciencia de que la formación sólo termina con la muerte. La formación permanente «es un deber ante todo para los sacerdotes jóvenes, y ha de tener aquella frecuencia y programación de encuentros que, a la vez que prolongan la seriedad y solidez de la formación recibida en el seminario lleven progresivamente a los jóvenes presbíteros a comprender y vivir la singular riqueza del «don» de Dios -el sacerdocio- y a desarrollar sus potencialidades y aptitudes ministeriales, también mediante una inserción cada vez más convencida y responsable en el presbiterio, y por tanto en la comunión y corresponsabilidad con todos los hermanos.». Al respecto, se requieren proyectos diocesanos bien articulados y constantemente evaluados.

327. Las casas y centros de formación de la Vida religiosa son también espacios privilegiados de discipulado y formación de los misioneros y misioneras, según el carisma propio de cada instituto religioso.

abril 25, 2009 Posted by | DISCÍPULOS, FAMILIA CRISTIANA, IGLESIA, MISIÓN, MISION CONTINENTAL | , , , , , , , , , | Deja un comentario

DOCUMENTO DE APARECIDA N. 314-318

6.4.5 Los Seminarios y Casas de formación religiosa

314. En lo que se refiere a la formación de los discípulos y misioneros de Cristo ocupa un puesto particular la pastoral vocacional, que acompaña cuidadosamente a todos los que el Señor llama a servirle a la Iglesia en el sacerdocio, en la vida consagrada o en el estado laical. La pastoral vocacional, que es responsabilidad de todo el pueblo de Dios, comienza en la familia y continúa en la comunidad cristiana, debe dirigirse a los niños y especialmente a los jóvenes para ayudarlos a descubrir el sentido de la vida y el proyecto que Dios tenga para cada uno, acompañándolos en su proceso de discernimiento. Plenamente integrada en el ámbito de la pastoral ordinaria, la pastoral vocacional es fruto de una sólida pastoral de conjunto, en las familias, en la parroquia, en las escuelas católicas y en las demás instituciones eclesiales. Es necesario intensificar de diversas maneras la oración por las vocaciones, con la cual también se contribuye a crear una mayor sensibilidad y receptividad ante el llamado del Señor; así como promover y coordinar diversas iniciativas vocacionales. Las vocaciones son don de Dios, por lo tanto en cada diócesis no deben faltar especiales oraciones al «Dueño de la mies».

315. Ante la escasez en muchas parte de América Latina y El Caribe de personas que respondan a la vocación al sacerdocio y a la vida consagrada en América Latina y El Caribe, es urgente dar un cuidado especial a la promoción vocacional, cultivando los ambientes en los que nacen las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, con la certeza de que Jesús sigue llamando discípulos y misioneros para estar con Él y para enviarlos a predicar el Reino de Dios. Esta V Conferencia hace un llamado urgente a todos los cristianos y especialmente a los jóvenes para que estén abiertos a una posible llamada de Dios al sacerdocio o a la vida consagrada; les recuerda que el Señor les dará la gracia necesaria para responder con decisión y generosidad, a pesar de los problemas generados por una cultura secularizada, centrada en el consumismo y el placer. A las familias las invitamos a reconocer la bendición de un hijo llamado por Dios a esta consagración y a apoyar su decisión y su camino de respuesta vocacional. A los sacerdotes les alentamos a dar testimonio de vida feliz, alegría, entusiasmo y santidad en el servicio del Señor.

316. Un espacio privilegiado, escuela y casa para la formación de discípulos y misioneros, lo constituyen sin duda los seminarios y las casas de formación. El tiempo de la primera formación es una etapa donde los futuros presbíteros comparten la vida a ejemplo de la comunidad apostólica en torno a Cristo Resucitado: oran juntos, celebran una misma liturgia que culmina en la Eucaristía, a partir de la Palabra de Dios reciben las enseñanzas que van iluminando su mente y moldeando su corazón para el ejercicio de la caridad fraterna y de la justicia, prestan servicios pastorales periódicamente a diversas comunidades, preparándose así para vivir una sólida espiritualidad de comunión con Cristo Pastor y docilidad a la acción del Espíritu, convirtiéndose en signo personal y atractivo de Cristo en el mundo, según el camino de santidad propio del ministerio sacerdotal.

317. Reconocemos el esfuerzo de los formadores de los Seminarios. Su testimonio y preparación son decisivos para el acompañamiento de los seminaristas hacia una madurez afectiva que los haga aptos para abrazar el celibato sacerdotal y capaces de vivir en comunión con sus hermanos en la vocación sacerdotal; en este sentido, los cursos de formadores que se han implementado son un medio eficaz de ayuda a su misión.

318. La realidad actual nos exige mayor atención a los proyectos formativos de los Seminarios, pues los jóvenes son víctimas de la influencia negativa de la cultura postmoderna, especialmente de los medios de comunicación social, trayendo consigo la fragmentación de la personalidad, la incapacidad de asumir compromisos definitivos, la ausencia de madurez humana, el debilitamiento de la identidad espiritual, entre otros, que dificultan el proceso de formación de auténticos discípulos y misioneros. Por eso, es necesario antes del ingreso al Seminario, que los formadores y responsables hagan una esmerada selección que tenga en cuenta el equilibro psicológico de una sana personalidad, una motivación genuina de amor a Cristo, a la Iglesia, a la vez que capacidad intelectual adecuada a las exigencias del ministerio en el tiempo actual.

abril 20, 2009 Posted by | DISCÍPULOS, DOCUMENTO DE APARECIDA, FAMILIA CRISTIANA, IGLESIA, MISION CONTINENTAL | , , , , , , , , | 2 comentarios

DOCUMENTO DE APARECIDA N. 307-310

6.4.3 Pequeñas comunidades eclesiales

307. Se constata que en los últimos años ha ido creciendo la espiritualidad de comunión y que, con diversas metodologías, se han hecho no pocos esfuerzos por llevar a los laicos a integrarse en pequeñas comunidades eclesiales, que van mostrando abundantes frutos. Para la Nueva Evangelización y para llegar a que los bautizados vivan como auténticos discípulos y misioneros de Cristo, tenemos un medio privilegiado en las pequeñas comunidades eclesiales.

308. Ellas son un ámbito propicio para escuchar la Palabra de Dios, para vivir la fraternidad, para animar en la oración, para profundizar procesos de formación en la fe y para fortalecer el exigente compromiso de ser apóstoles en la sociedad de hoy. Ellas son lugares de experiencia cristiana y evangelización que, en medio de la situación cultural que nos afecta, secularizada y hostil a la Iglesia, se hacen todavía mucho más necesarias.

309. Si se quieren pequeñas comunidades vivas y dinámicas, es necesario suscitar en ellas una espiritualidad sólida, basada en la Palabra de Dios, que las mantenga en plena comunión de vida e ideales con la Iglesia local y, en particular, con la comunidad parroquial. Así la parroquia, por otra parte, como desde hace años nos lo hemos propuesto en América Latina, llegará a ser «comunidad de comunidades».

310. Señalamos que es preciso reanimar los procesos de formación de pequeñas comunidades en el Continente, pues en ellas tenemos una fuente segura de vocaciones al sacerdocio, a la vida religiosa, y a la vida laical con especial dedicación al apostolado. A través de las pequeñas comunidades, también se podría llegar a los alejados, a los indiferentes y a los que alimentan descontento o resentimientos frente a la Iglesia.

marzo 31, 2009 Posted by | DISCÍPULOS, DOCUMENTO DE APARECIDA, IGLESIA, MISION CONTINENTAL | , , , , , , , , , | Deja un comentario

DOCUMENTO DE APARECIDA N. 301-303

6.4 Lugares de formación para los discípulos misioneros

301. A continuación consideraremos brevemente algunos espacios de formación de discípulos misioneros.

6.4.1 La Familia, primera escuela de la fe

302. La familia, «patrimonio de la humanidad», constituye uno de los tesoros más valiosos de los pueblos latinoamericanos. Ella ha sido y es espacio y escuela de comunión, fuente de valores humanos y cívicos, hogar en el que la vida humana nace y se acoge generosa y responsablemente. Para que la familia sea «escuela de la fe» y pueda ayudar a los padres a ser los primeros catequistas de sus hijos, la pastoral familiar debe ofrecer espacios formativos, materiales catequéticos, momentos celebrativos, que le permitan cumplir su misión educativa. La familia está llamada a introducir a los hijos en el camino de la iniciación cristiana. La familia, pequeña Iglesia, debe ser junto con la Parroquia el primer lugar para la iniciación cristiana de los niños. Ella ofrece a los hijos un sentido cristiano de existencia y los acompaña en la elaboración de su proyecto de vida, como discípulos misioneros.

303. Es además un deber de los padres, especialmente a través de su ejemplo de vida, la educación de los hijos para el amor como don de sí mismos y la ayuda que ellos le presten para descubrir su vocación de servicio, sea en la vida laical como en la consagrada. De este modo, la formación de los hijos como discípulos de Jesucristo, se opera en las experiencias de la vida diaria en la familia misma. Los hijos tienen  el derecho de poder contar con el padre y la madre para que cuiden de ellos y los acompañen hacia la plenitud de vida. La «catequesis familiar», implementada de diversas maneras, se ha revelado como una ayuda exitosa a la unidad de las familias, ofreciendo además, una posibilidad eficiente de formar a los padres de familia, los jóvenes y los niños, para que sean testigos firmes de la fe en sus respectivas comunidades.

marzo 18, 2009 Posted by | DISCÍPULOS, ENCUENTRO CON JESUCRISTO, FAMILIA CRISTIANA, IGLESIA, MISION CONTINENTAL | , , , , , , | Deja un comentario

DOCUMENTO DE APARECIDA N. 295-300

6.3.3 Catequesis permanente

295. En cuanto a la situación actual de la catequesis, es evidente que ha habido un gran progreso. Ha crecido el tiempo que se le dedica a la preparación para los sacramentos. Se ha tomado mayor conciencia de su necesidad tanto en las familias como entre los pastores. Se comprende que es imprescindible en toda formación cristiana. Se han constituido ordinariamente comisiones diocesanas y parroquiales de catequesis. Es admirable el gran número de personas que se sienten llamadas a hacerse catequistas, con gran entrega. A ellas esta Asamblea les manifiesta un sincero reconocimiento.

296. Sin embargo, a pesar de la buena voluntad, la formación teológica y pedagógica de los catequistas no suele ser la deseable. Los materiales y subsidios son con frecuencia muy variados y no se integran en una pastoral de conjunto; y no siempre son portadores de métodos pedagógicos actualizados. Los servicios catequísticos de las parroquias carecen con frecuencia de una colaboración cercana de las familias. Los párrocos y demás responsables no asumen con mayor empeño la función que les corresponde como primeros catequistas.

297. Los desafíos que plantea la situación de la sociedad en América Latina y El Caribe requieren una identidad católica más personal y fundamentada. El fortalecimiento de esta identidad  pasa por una catequesis adecuada que promueva una adhesión personal y comunitaria a Cristo, sobre todo en los más débiles en la fe. Es una tarea que incumbe a toda la comunidad de discípulos pero de manera especial a quienes, como obispos, hemos sido llamados a servir a la Iglesia, pastoreándola, conduciéndola al encuentro con Jesús y enseñándole a vivir todo lo que nos ha mandado (cf. Mt. 28, 19-20).

298. La catequesis no debe ser sólo ocasional, reducida a los momentos previos a los sacramentos o a la iniciación cristiana, sino más bien «un itinerario catequético permanente». Por esto, compete a cada Iglesia particular, con la ayuda de las Conferencias Episcopales, establecer un proceso catequético orgánico y progresivo que se extienda por todo el arco de la vida, desde la infancia hasta la ancianidad, teniendo en cuenta que el Directorio General de Catequesis considera la catequesis de adultos como la forma fundamental de la educación en la fe. Para que, en verdad, el pueblo conozca a fondo a Cristo y lo siga fielmente, debe ser conducido especialmente en la lectura y meditación de la Palabra de Dios, que es el primer fundamento de una catequesis permanente.

299. La catequesis no puede limitarse a una formación meramente doctrinal sino que ha de ser una verdadera escuela de formación integral. Por tanto, se ha de cultivar la amistad con Cristo en la oración, el aprecio por la celebración litúrgica, la vivencia comunitaria, el compromiso apostólico mediante un permanente servicio a los demás. Para ello, resultarían útiles algunos subsidios catequéticos elaborados a partir del Catecismo de la Iglesia Católica y del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, estableciendo cursos y escuelas de formación permanente para catequistas.

300. Debe darse una catequesis apropiada que acompañe la fe ya presente en la religiosidad popular. Una manera concreta puede ser el ofrecer un proceso de iniciación cristiana en visitas a las familias, donde no sólo se les comunique los contenidos de la fe, sino que se las conduzca a la práctica de la oración familiar, a la lectura orante de la Palabra de Dios y al desarrollo de las virtudes evangélicas, que las consoliden cada vez más como iglesias domésticas. Para este crecimiento en la fe también es conveniente aprovechar pedagógicamente el potencial educativo que encierra la piedad popular mariana. Se trata de un camino educativo que, cultivando el amor personal a la Virgen, verdadera «educadora de la fe» que nos lleva a asemejarnos cada vez más a Jesucristo, provoque la apropiación progresiva de sus actitudes.

marzo 12, 2009 Posted by | ENCUENTRO CON JESUCRISTO, FAMILIA CRISTIANA, IGLESIA, MISION CONTINENTAL | , , , , , , , , | Deja un comentario

Comentario n. 282-283

Una formación respetuosa de los procesos. No cabe duda que son variadas y diversas las maneras para conseguir un mismo fin: llegar a la estatura de la vida nueva en Cristo, identificándose profundamente con Él y su misión. Si nos situamos en el contexto de la vida eclesial de una diócesis, es posible darnos cuenta del modo en que se lleva a cabo la evangelización en ese lugar determinado: la pastoral de Conjunto.

Normalmente en las diócesis hay unas grandes líneas pastorales que guían el quehacer pastoral. Es importante que a la hora de plantear las actividades, sea a nivel parroquial, o de pequeñas comunidades y grupos, podamos tener armonía en las prioridades. Cada realidad concreta presentará sus necesidades y urgencias, que no se pueden descuidar, y al mismo tiempo se buscará trabajar para alcanzar que se llegue a una madurez profunda de parte de los bautizados.

Al realizar esta tarea evangelizadora, cada uno tiene su lugar en la Iglesia, cada uno tiene su misión que no puede descuidar: el obispo, los sacerdotes, los religiosos y religiosas, y los laicos.

El Obispo es el principio de unidad en la diócesis. Qué gran tarea la de ser constructor de unidad. Es parte de la conciencia de los cristianos el vivir en unión, efectiva y afectiva, con su correspondiente pastor.

Debo decir también que los laicos tienen un lugar importante en la evangelización, como se desprende de la constitución de la Iglesia, como lo enseña el Magisterio, y como viene recordado de nuevo en el Documento de Aparecida. Es necesario «evangelizar», ser «sal y luz» del mundo, llevar a Cristo al centro de la vida social, política, económica, cultura, arte y toda realidad humana. No solo mirar al interior de la Iglesia, sino también al interior de la sociedad en que vivimos cada uno de nosotros.

febrero 18, 2009 Posted by | DISCÍPULOS, IGLESIA | , , , , , | Deja un comentario

DOCUMENTO DE APARECIDA N. 280

6.2.2.2 Una formación atenta a dimensiones diversas

280. La formación abarca diversas dimensiones que deberán ser integradas armónicamente a lo largo de todo el proceso formativo. Se trata de la dimensión humana comunitaria, espiritual, intelectual y pastoral-misionera.

a) La Dimensión Humana y Comunitaria. Tiende a acompañar procesos de formación que lleven a asumir la propia historia y a sanarla, en orden a volverse capaces de vivir como cristianos en un mundo plural, con equilibrio, fortaleza, serenidad y libertad interior. Se trata de desarrollar personalidades que maduren en el contacto con la realidad y abiertas al Misterio.

b) La Dimensión Espiritual. Es la dimensión formativa que funda el ser cristiano en la experiencia de Dios manifestado en Jesús y que lo conduce por el Espíritu a través de los senderos de una maduración profunda. Por medio de los diversos carismas se arraiga la persona en el camino de vida y de servicio propuesto por Cristo, con un estilo personal. Permite adherirse de corazón por la fe, como la Virgen María, a los caminos gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos de su Maestro y Señor.

c) La Dimensión Intelectual. El encuentro con Cristo, Palabra hecha Carne, potencia el dinamismo de la razón que busca el significado de la realidad y se abre al Misterio. Se expresa en una reflexión seria, puesta constantemente al día a través del estudio que abre la inteligencia, con la luz de la fe, a la verdad. También capacita para el discernimiento, el juicio crítico y el diálogo sobre la realidad y la cultura. Asegura de una manera especial el conocimiento bíblico teológico y de las ciencias humanas para adquirir la necesaria competencia en vista de los servicios eclesiales que se requieran y para la adecuada presencia en la vida secular.

d) La Dimensión Pastoral y Misionera. Un auténtico camino cristiano llena de alegría y esperanza el corazón y mueve al creyente a anunciar a Cristo de manera constante en su vida y en su ambiente. Proyecta hacia la misión de formar discípulos misioneros al servicio del mundo. Habilita para proponer proyectos y estilos de vida cristiana atrayentes, con intervenciones orgánicas y de colaboración fraterna con todos los miembros de la comunidad. Contribuye a integrar evangelización y pedagogía, comunicando vida y ofreciendo itinerarios pastorales acordes con la madurez cristiana, la edad y otras condiciones propias de las personas o de los grupos.

Incentiva la responsabilidad de los laicos en el mundo para construir el Reino de Dios. Despierta una inquietud constante por los alejados y por los que ignoran al Señor en sus vidas.

febrero 10, 2009 Posted by | DISCÍPULOS, IGLESIA, MISIÓN | , , , , , , , | Deja un comentario

Comentario n. 279

Antes de considerar la iniciación cristiana y los lugares de formación de los discípulos misioneros, se nos presentas algunos criterios generales del proceso de formación.

Se consideran tres aspectos de la formación: integral, kerygmática y permanente. Nunca se puede perder de vista que el punto central de la catequesis de la Iglesia, que aquello que le da sentido a su misión, es Jesucristo. Podemos decir que la Iglesia no nos comunicar algo, sino que nos lleva al encuentro de ‘Alguien’; no se trata de aprender unos mandamientos o normas de conducta que tranquilizan la conciencia, se trata de llegar a conocer siempre con más profundidad a Jesucristo, y de este conocimiento, de este encuentro la vida tiene que tomar un rumbo determinado. Es aquello que encontramos en el Evangelio y en los demás libros del Nuevo Testamento, es aquello que ha dado fuerza a los mártires, que ha llevado a muchos por el camino de la santidad.

A partir de aquí, se puede pensar en lo demás: si con el Bautismo hemos sido insertados a la muerte y resurrección de Cristo, quiere decir que la vida del bautizado se convierte en un ‘caminar con Cristo’ que me ha amado y ha dado su vida por mí; que se me ha revelado el gran amor que Dios nos tiene, pues ha dado a su Hijo en rescate por todos.

El bautismo es el comienzo de un caminar. Es necesario llegar a la meta del Camino, y para eso, la Iglesia nos ofrece los medios para no desmayar. Este es el sentido del estar siempre en ‘sintonía’ con la Iglesia, de frecuentar la Iglesia, para vivir este caminar como comunidad. Creo que quien ha descubierto la necesidad la formación integral -cosa que es lo más normal, querer conocer mejor la fe-, puede ayudar a que otros vivan mejor su fe cristiana.

febrero 9, 2009 Posted by | DISCÍPULOS, IGLESIA | , , , , , | 2 comentarios