Discípulos y Misioneros

Documento de Aparecida: Texto y Comentarios

DOCUMENTO DE APARECIDA N. 469

469. Para que los discípulos y misioneros alaben a Dios, dando gracias por la vida y sirviendo a la misma, proponemos las siguientes acciones:

a)         Proseguir la promoción en la Conferencias Episcopales y en las diócesis de cursos sobre familia y cuestiones éticas para los Obispos y para los agentes de pastorales que puedan ayudar a fundamentar con solidez los diálogos acerca de los problemas y situaciones particulares sobre la vida.

b)         Procurar que presbíteros, diáconos, religiosos y laicos accedan a estudios universitarios de moral familiar, cuestiones éticas y, cuando sea posible, cursos más especializados de bioética.

c)         Promover foros, paneles, seminarios y congresos que estudien, reflexionen y analicen temas concretos de actualidad acerca de la vida en sus diversas manifestaciones, y sobre todo, en el ser humano, especialmente en lo referente al respeto a la vida desde la concepción hasta su muerte natural.

d)        Pedir a las universidades católicas que organicen programas de bioética accesibles a todos y tomen posición pública ante los grandes temas de la bioética.

e)         Crear en las Conferencias Episcopales un comité de ética y bioética, con personas preparadas en el tema, que garanticen fidelidad y respeto a la doctrina del Magisterio de la Iglesia sobre la vida, para que sea la instancia que investigue, estudie, discuta y actualice a la comunidad en el momento que el debate público lo requiera. Este comité enfrentará las realidades que se vayan presentando en la localidad, en el país o en el mundo, para defender y promover la vida en el momento oportuno.

f)         Ofrecer a los matrimonios programas de formación en paternidad responsable y sobre el uso de los métodos naturales de regulación de la natalidad como pedagogía exigente de vida y amor.

g)         Apoyar y acompañar pastoralmente y con especial ternura y solidaridad a las mujeres que han decidido no abortar, y acoger con misericordia a aquellas que han abortado, para ayudarlas a sanar sus graves heridas e invitarlas a ser defensoras de la vida. El aborto hace dos víctimas: por cierto, el niño, pero también la madre.

h)         Promover la formación y acción de laicos competentes, animarlos a organizarse para defender la vida y la familia, y alentarlos a participar en organismos nacionales e internacionales.

i)          Asegurar que la objeción de conciencia se integre en las legislaciones y velar para que sea respetada por las administraciones públicas.

junio 6, 2011 Posted by | DOCUMENTO DE APARECIDA, ENCUENTRO CON JESUCRISTO, FAMILIA CRISTIANA, IGLESIA, MISION CONTINENTAL | , , , , , | 1 comentario

Comentario n. 301-303

La familia es una institución de una gran relevancia a nivel humano, y por consiguiente también para la formación cristiana.

La familia es «fuente de valores humanos y cívicos«: es en el seno familiar donde la persona adquiere la formación para vivir y convivir en la sociedad. Dado que la persona es un ser social por naturaleza, es decir, no puede realizar su existencia, su vida, su proyecto personal por sí mismos, sino que siempre es necesario contar con un ambiente, con unas personas, con otros que le ayudan en el crecimiento personal.

La familia tiene su fundamento en el matrimonio. Hombre y mujer deciden realizar un proyecto juntos, se comprometen a vivir de modo estable el uno para el otro. El matrimonio es ese compromiso establecido sobre la base del amor y la libertad, entre dos personas que libremente aceptan el vínculo que les une de modo indisoluble.

En la medida que la familia cumple su función la sociedad se fortalece y se enriquece.  Es por esto que la Iglesia proclama con claridad la  verdad del matrimonio y la familia, como instituciones que solo pueden estar a disposición del bien de la persona, de su desarrollo y crecimiento integral.

Creo que todos somos conscientes que crecer en una familia unida es la mejor escuela de la vida. Cuando papá y mamá saben estar a la altura de sus responsabilidades, ellos mismos experimentan la alegría de entregarse mutuamente y por sus hijos.

Y por otra parte también nos damos cuenta que cuando un matrimonio se rompe, es un mal y sufrimiento para todos. Dentro del plan de Dios, está que hombre y mujer vivan su «alianza» de amor durante toda la vida. El paradigma de este amor lo encontramos en Dios mismo, que ha querido hacer una «Alianza con los hombres» y Dios es fiel a esta Alianza. En el fondo, y como causa última, es el pecado el que rompe esta unidad entre Dios y los hombres, y como consecuencia también entro los hombres entre sí. El divorcio no puede ser una bien  ni para los esposos ni para los hijos. Es sobre la unidad del amor que se funda la persona.

Tener matrimonios fuertes, sólidos, bien constituidos, hogares donde se acoge generosa y responsablemente, familias que educan a sus hijos es algo que entra dentro de la misión de la Iglesia. En la medida que papá y mamá viven su fe, se ponen en disposición de transmitir la fe. Este es el mejor modo de cumplir la gran misión continental que la Iglesia quiere impulsar. En la experiencia diaria es donde se realiza la formación cristiana de los hijos, y no sólo en los momentos aislados.

La pastoral familiar tiene un lugar importantísimo para hacer descubrir a los matrimonios que no pueden olvidar o poner en segundo plano la formación cristiana de los hijos. Todo esto viene facilitado cuando hay conciencia de la dignidad del matrimonio.

marzo 21, 2009 Posted by | FAMILIA, FAMILIA CRISTIANA, IGLESIA, MISIÓN, MISION CONTINENTAL | , , , , , , , | Deja un comentario